A ninguno de nosotros, especialmente si tenemos hijos o incluso a nosotros mismos, se nos cruzaría por la cabeza dejar, por ejemplo, a nuestros hijos sin un programa de educación permanente. ¿Qué quiero decir con esto? A nuestros hijos ya desde pequeños les enseñamos que la educación y la formación personal es fundamental para el desarrollo en la vida. No solamente buscamos mandarlos a la escuela sino que buscamos que aprendan todo tipo de actividades que puedan darles mayores herramientas en la vida como por ejemplo: instrumentos musicales, idiomas, etcétera, y eso lo hacemos durante la mayor parte del tiempo en que los niños están en desarrollo y en crecimiento, usualmente hasta que terminan la escuela secundaria o incluso la universidad.
La excelencia de un líder se mide por su capacidad de transformar los problemas en oportunidades.
Peter Druker
Todo lo humano está en un constante desarrollo y crecimiento, y para eso requiere de la implementación de adecuados programas educativos para que las potencialidades que tienen los seres humanos puedan venir a la luz. Con las organizaciones pasa lo mismo y con las personas que trabajan en las organizaciones mucho más dado que no se brindan suficientes programas de liderazgo organizacional en las empresas.
Lamentablemente, son pocas las organizaciones o las empresas de hoy que aplican esta misma idea que uno aplicaría con sus propios hijos, es decir, que aplica a la gente que está dentro de su organización y a la organización misma la idea de una formación constante por ejemplo en el importante tema de la visión en el liderazgo. Por eso los ambientes laborales en las organizaciones son realmente de terror, dignos de una película de terror, y la efectividad de las empresas es mucho menor de lo que podría llegar a ser.
Una de las principales razones de esto es que no hay una implementación de adecuados y permanentes programas de capacitación educativos para los líderes en las organizaciones que puedan ayudar a la organización y a las personas que trabajan dentro de ellas a despertar la mayor cantidad de potenciales dormidos y latentes para ponerlos en obra y en acción al servicio de la consecución de los objetivos de la empresa y de los objetivos personales. Hay una contradicción aquí, es decir, en nuestra vida personal, buscamos que nuestros hijos se eduquen y se formen en forma permanente, pero en las empresas no hacemos eso. Damos algún cursito perdido por allí, nombramos a personas importartes y referentes del liderazgo como Peter Druker, brindamos algún programa de capacitación cortito, y con eso esperamos que haya un cambio radical que dure años o meses. La verdad es que esto no es así. Pensar así implica la manifestación de un pensamiento que roza lo mágico porque todo lo humano implica un permanente contacto con lo educativo. La empresa no escapa de esto porque está conformada por los seres humanos que son, en definitiva, aquellos que logran los resultados de la empresa.
Esta pequeña reflexión apunta a ayudarlo a tomar conciencia sobre la importancia de que las personas de su organización o usted mismo, si es un líder en una organización o tiene un puesto directivo, se forme de manera permanente, se adhiera a un programa educativo en liderazgo o de cualquier otro tipo en forma permanente, ya que la educación permanente y constante es como el agua y el sol para una planta. El día que esa planta no lo tiene, la semana que no lo recibe, la planta va a dar menos de si y con el liderazgo y con las personas sucede lo mismo. Nosotros nos especializamos en brindar soluciones para este tipo de problemas porque nuestra idiosincrasia, en cuanto a la educación empresarial relacionada con el liderazgo, se vincula con programas de capacitación permanente que ayuda a las personas a lograr una transformación interior que logre naturalmente un ejercicio de liderazgo genuino y efectivo que ayude tanto a la empresa en la consecución de sus objetivos como a las mismas personas en la consecución de objetivos personales que cada una de ellas tiene y que es la razón por la cual va a trabajar a esa empresa.
Uno de los tantos problemas que surgen relacionados al tema del liderazgo, implica la creencia que sostiene que ser líder consiste en llevar solo un nombre. Esto, según nuestro entendimiento, se debe a que nuestra sociedad y cultura actual se orienta más hacia el nominalismo que hacia el esencialismo. El nominalismo, del cual hablaremos in extenso en ciertos capítulos del texto que sigue, puede expresarse de diferentes maneras. A nosotros simplemente nos alcanza entenderlo como un modo altamente superficial de pensar, que consiste en la creencia de que el mismo hecho de rotular a algo o a alguien con un nombre, alcanzará para que ese algo o ese alguien sean y se comporten según las propiedades que el nombre le atribuye. Es un modo de pensar con rasgos mágicos y primitivos, notablemente infra desarrollado. Las organizaciones de hoy buscan primero atribuir a alguien el nombre de “líder” o “jefe”, antes de saber si la persona al que se lo atribuyen realmente lo merece, si califica para él, si es esencial e íntimamente un verdadero y genuino líder. No es el título lo que hace al líder sino el ejercicio efectivo, pleno y genuino del liderazgo; el nombre sobrevendrá, en todo caso, después. El esencialismo, la postura alternativa y opuesta al respecto, busca averiguar primeramente si una persona es líder o jefe en sí mismo, genuinamente, para atribuirle luego el nombre correspondiente. Ambas posturas son diametralmente opuestas y excluyentes entre sí, en la medida en que se opte por una o por la otra. Ambas, en su conjunto y en forma armoniosamente combinada, deben representar la realidad del líder: una persona que ejerce las acciones genuinas del liderazgo mediante sus actos y obras y que, por ende, se le atribuye el nombre de líder. Hay una cierta preeminencia temporal de la esencia por sobre el nombre, sin embargo. El líder debe primero actuar como un líder auténtico antes de ser llamado líder.
Nosotros ofrecemos cursos a distancia para personas individuales o para organizaciones a través de la escuela de estudios superiores en liderazgo organizacional y también brindamos cursos de liderazgo «In-Company» a través de mi empresa de capacitación «Hugo Landolfi asociados».
Este video tiene la idea de ayudarlo a tomar conciencia sobre este tema y que también esté advertido sobre los efectos que se pueden tener en una organización y las personas que la componen el no darle importancia a la capacitación en liderazgo en forma permanente y continua.
Hugo Landolfi es el fundador y director de la Escuela de Estudios Superiores en Liderazgo Organizacional. Dicha escuela ofrece cursos a distancia y presenciales "In-Company" sobre modernas técnicas de liderazgo fundadas en su concepción de Liderazgo Multifocal. El novedoso abordaje de Hugo Landolfi al liderazgo ha permitido a numerosas organizaciones mejorar sus procesos productivos, ayudando a generar productos y servicios de altísima calidad a la vez que también ha ayudado a maximizar el retorno para sus accionistas. Su concepto de "Liderazgo Multifocal" en el que se basan sus cursos y libros logra superar ampliamente a los modelos de liderazgo vigentes en las organizaciones y les permite alcanzar alturas cualitativas que de otra forma hubieran estado veladas.
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[…] nuestro modelo. No es, consideramos, líder genuino y auténtico que merezca llevar tal nombre.Denominarse líder organizacional, insistimos con esto, no consiste simplemente en el arte de llevar una etiqueta o un nombre de moda […]
[…] es una de sus tareas primordiales el generar entornos orientados hacia la responsabilidad. El líder debe ser él mismo responsable y enseñar a otros, a sus liderados, a serlo. El protagonista y el líder son quienes encarnan en […]